La Habana.- LA IMAGEN de Tokio como la ciudad que para el próximo verano acogerá la mayor cita del deporte mundial, se reforzó con la vuelta de unos aros olímpicos gigantes al Parque Marino de Odaiba. El logo de los cinco anillos de colores entrelazados, que representan la unidad de los continentes, se exhibirá desde ahora y hasta el fin de la cita (23 julio al 8 de agosto) en una localidad que acogerá las competiciones de natación en aguas abiertas y el triatlón olímpico y paralímpico. La estructura había sido instalada en enero pasado y tras el anuncio de la posposición del certamen por el azote de la COVID-19 fue retirada y llevada de vuelta a la fábrica de Yokohama para una serie de revisiones. Según publica el portal oficial de los juegos, se reavivaron los colores de los aros y se renovó la parte delantera y la trasera de la monumental obra de 69 toneladas de peso y más de 25 metros de altura y 32 de ancho. Se realizaron además pruebas visuales y con ultrasonidos para confirmar si no hubo daño por las olas o el viento mientras permaneció colocada antes. Para los organizadores el hecho de que vuelvan a ser situados en ese espacio de la bahía de Tokio significa que «la gente pueda sentirse cercana a los Juegos con los anillos olímpicos que podrán ser disfrutados desde varias zonas cercanas al mismo tiempo». La reinstalación es vista además como una señal de aliento porque aún está presente en todo el mundo la COVID-19 y su influencia en la situación epidemiológica mantiene alertas en torno a la celebración de cualquier evento. Lograr una situación segura para vivir unos juegos sin riesgos es el empeño de todos, y en especial de los anfitriones que durante años han trabajado para este momento. Los Juegos Olímpicos poseen una profunda carga simbólica. Son el momento en que el deporte colma todos los espacios, dejando atrás diferencias políticas o sociales, son la mayor prueba de confraternización que existe y el momento más sublime en la vida de los competidores.
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