La Habana.- TRANSCURRIDAS horas del recorrido realizado por varias instalaciones científicas, educacionales y productivas de la capital por los integrantes de la delegación cubana a los Juegos Paralímpicos de París 2024, aún permanece la emoción de encuentros inolvidables.

El medallista de plata de levantamiento de pesas, Pablo Ramírez, es uno de ellos. El otro, Yuniol Kindelán, guía de la 11 veces monarca de citas paralímpicas, Omara Durand.

Pablito fue de los que entró por la puerta principal de la Escuela Especial Solidaridad con Panamá, su gran segunda casa, como bien dijo a JIT.

«Estoy que no quepo en mí. Aquí tengo profesores, amigos», expresó sumamente emocionado mientras todos querían abrazarlo, besarlo, hacerse foto con él.

«Ustedes pueden ser como yo. Aquí me enseñaron a crecer. Aquí me prepararon para la vida», señaló a niños y adolescentes, fundamentalmente, que le rodearon en uno de los tantos momentos de un día inolvidable.

El diminuto guantanamero de los 54 kilogramos se sabe un gigante del concierto paralímpico por su desempeño en París 2024.

Similar historia vivió Kindelán en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar Mártires de Barbados, de la capital cubana.

El éxtasis disfrutado por el capitalino en lo que fuera su plantel como “futuro” campeón de atletismo, lo compartió con quienes le solicitaron una instantánea para la historia, tomando en cuenta que Durand se retirará del deporte activo.

«Me siento pleno de amor, respeto y más, de todos los que se acercan para felicitarte, para desearme lo mejor, para sonreír y compartir con nosotros», señaló, siempre sonriente.

Lo vivido por Pablito y Yuniol contagió sin dudas a los demás miembros de la delegación durante visitas al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, donde se fabrican vacunas salvadoras de cubanos y pueblos del mundo, y la Empresa Internacional Cubana de Tabacos S. A.

En esos sitios conocieron de sus directivos líderes sobre los orígenes, logros y proyecciones inmediatas en pos del desarrollo de la sociedad cubana.

Los aplausos, los abrazos, los besos... primaron en un recorrido que inició bien temprano en la mañana, con el recibimiento en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, donde tuvieron un encuentro con autoridades del Partido, trabajadores del Inder y sus máximos directivos, así como también con glorias deportivas, amigos y familiares.

Allí inició el agasajo al pequeño grupo de patriotas que conquistó seis títulos, tres medallas de plata y una de bronce para ubicar a Cuba en el puesto 24 del concierto paralímpico.

Ellos fueron acompañados en el periplo por Osvaldo Vento Montiller,  presidente del Inder, e integrantes de su equipo de trabajo.

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