La Habana.- INSPIRADOS en los éxitos del año anterior, los mejores exponentes del tenis de mesa en Cuba asumieron el 2024 con la certeza de que podían estabilizar sus rendimientos, una meta cuyo cumplimiento marcaron con varios hitos.
El tercer reinado consecutivo como país en el certamen del Caribe, el título del elenco femenino en el campeonato panamericano y presencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron de los momentos generadores de mayor satisfacción.
Y para “rematar”, el encomiable esfuerzo de la selección convencional, llegó la consagración de Yunier Fernández en la justa paralímpica celebrada en la capital francesa, hecho inédito en la historia de este deporte en la Isla.
«Desde 2015 habíamos adelantado que en el paratenis de mesa estaba la medalla más cerca para Cuba en esos ámbitos. En Pekín 2008 y Londres 2012 se vieron las primeras señales con Yanelis Silva, y ahora tocó a Yunier conseguirlo de manera magistral», resumió el presidente de la federación cubana de este deporte, Bárbaro Oliva.
Cuatro medallas de oro y seis de plata signaron la actuación de los cubanos en la justa caribeña, con protagonismo para los campeones de la modalidad individual, los olímpicos Daniela Fonseca y Jorge Moisés Campos.
Ella se apoderó del cetro por tercera ocasión consecutiva, y también lideró la escuadra femenina que reinó por primera vez a nivel continental.
Durante la temporada creció la asistencia a torneos internacionales, en especial a las fases de la WTT Feeder Series, se concursó en el mundial por equipos recibido por la ciudad sudcoreana de Busan y hubo incursiones en lides del circuito Young Contender para diferentes categorías de edades.
Entre estos últimos brilló Emily Domínguez, ganadora entre las niñas del sub-13 años en Caracas, donde otros representantes de la Isla confirmaron el buen trabajo desplegado desde la base, con destaque para el funcionamiento de centros de desarrollo en varias provincias del país y el impulso al llamado Proyecto Hormiga.
PARÍS 2024 DEJÓ CON DESEOS DE MÁS
La clasificación a la cita olímpica de la pareja mixta de Daniela y Jorge Moisés se había concretado a finales de 2023, pero la cifra aumentó cuando Andy Pereira ganó cupo individual en el evento que repartió los últimos de América en Lima.
Ya tenía casi segura la inclusión por ranking, pero no quiso arriesgar y lo disfrutó mucho más sobre la mesa.
Y aunque el sueño de ganar al menos un partido en la Ciudad de la Luz no pudo cumplirse, el hecho de colocar a Cuba entre las naciones representadas bajo los cinco aros ratifica crecimiento, fruto del enorme esfuerzo que lo sostiene.
El alegrón lo tributó después Yunier, quien dio riendas sueltas a todo su coraje para superar en la final al británico Davies Robert en tres sets y besar la gloria junto a su entrenador Rieldis Ortega, asegurando un puesto entre los atletas en situación de discapacidad más destacados del año.
Otra página hermosa para un deporte, que pese a contar con una cifra de practicantes muy por debajo de los sumados a otros, ha logrado establecer efectivas vías para mantener la ascendente proyección de sus principales cartas.
La atención personalizada, así como la mezcla de establecidos y prometedoras figuras en entrenamientos y competencias, han sido clave en este proceso, como la capacidad de organizar eventos internacionales atractivos y de buen nivel.
Similares fórmulas de trabajo se han seguido sus autoridades para la superación del personal técnico a todos los niveles, con una filosofía homogénea que permite recoger mejores frutos en el alto rendimiento.
Una familia, un objetivo, es el lema que distingue esa estrategia, y la premisa que permite soñar con un 2025 más exitoso, también en cuanto a lo diseñado para las personas en situación de discapacidad.
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