La Habana.- EL PARANADADOR cubano Lorenzo Pérez disfruta ya de una moderna silla de ruedas hecha a su medida.

Hace apenas dos meses nuestro campeón mundial y olímpico dialogó con el representante en Cuba de la empresa alemana Ottobock, en el Complejo de Piscinas Baraguá, y ello motivo gestiones que mucho agradece el tritón granmense.

Entonces Héctor Corcho Morales, vicerepresentante de la entidad germana en la Isla, se interesó por las innovaciones que el tritón había hecho a una silla de ruedas convencional.

«Siento un profundo agradecimiento hacia todas las personas que colaboraron para que este sueño se hiciera realidad», destacó a JIT el granmense.

«Para satisfacción de nosotros, los paratletas cubanos, este proyecto con Ottobock se hace cada día más consistente», expresó quien pudiera convertirse en embajador global de la entidad teutona.

«Esta silla donada por Ottobock representa un sueño hecho realidad. Hace 15 años fui víctima de un accidente que me dejó parapléjico y hoy Ottobock me ha dado la posibilidad de tener mi primera silla personalizada. Es sinónimo de calidad, de tecnología avanzada, cumple todo el confort requerido para restaurar mi movilidad, para tener una mejor accesibilidad y una mayor calidad de vida», abundó

Lorenzo narró los dolores musculares con los cuales se entrenaba, provocados por la anterior silla, especialmente en la espalda y los hombros.

La nueva silla, denominada Ventus, es ultraliviana, hecha de aluminio y de solo ocho kilogramos de peso sin las ruedas. La anterior pesaba 12 kg.

Posee cuadro fijo a medida del atleta, con respaldo adaptable a su anatomía y rebatible para facilitar el transporte. El eje de las ruedas es regulable en profundidad y altura para posicionar el óptimo rendimiento de la mecánica de propulsión y estabilidad.

También cuenta con sistemas de quite rápido en las ruedas traseras para facilitar su transporte, así como un plato único de apoyo de los pies, regulable en altura y con capacidad máxima de peso de 120 Kg.

Lorenzo es el primer cubano en contar con una silla de tales condiciones, confirmó Corcho Morales.

«Traer la silla desde Alemania fue un poco difícil. Partió de la iniciativa nuestra, apoyó el Inder y la empresa Ecinder, la importadora. Participaron un grupo de colaboradores desde Argentina, México y Alemania. La silla se hizo y trasladó en tiempo récord. Queríamos que la tuviera antes de viajar a Tokio 2020», significó.

«Lorenzo es un gran campeón de Cuba que necesita calidad de vida, movilidad, y puede ser un digno representante del equipamiento de Ottobock en Tokio», dijo el ejecutivo.

«Podemos gestionar otras en el futuro, valorando a los atletas que como él necesiten ese tipo de silla, de acuerdo con el nivel y su discapacidad», concluyó el otrora diplomático.

«Independientemente de que nuestros entrenamientos son en el agua, esta silla da calidad de vida a Lorenzo. Deben disminuir los dolores musculares, por lo que podremos incrementar las cargas», dijo el entrenador del Paranadador, Ernesto Garrido.

«Agradecemos a Ottobock por la amabilidad, por el gesto altruista. Lorenzo lleva alrededor de 10 años entrenándose al más alto nivel y esto llega como un premio. Lo más importante es que se sienta bien», sentenció el primer medallista paralímpico cubano en natación, ganador de plata en Barcelona 1992 en la prueba de 50 metros libre (clase S10).

En el acto de entrega estuvieron presentes además la directora del Complejo de Piscinas Baraguá, Ana Rosa Núñez, y la sicóloga de los equipos élites de la natación en Cuba, Melvys González.

Lorenzo y su entrenador viajarán el próximo primero de juLio a España para hacer una base de entrenamiento camino a Tokio. Se reunirán en Dubái con el resto de la delegación a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.