La Habana.- COMO un trabajo sólido, pese a la covid-19, fue calificado por observadores independientes la detección de sustancias prohibidas durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020.
En un reciente informe publicado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se reconoce la ardua tarea realizada por los organizadores en este sentido, quienes redujeron al mínimo el personal debido a la pandemia.
Contaron con un 40 % menos del personal previsto, pero analizaron con los códigos y estándares internacionales más de 6 mil muestras en la cita olímpica, refiere Inside The Games.
Por el prestigio alcanzado en este campo, expertos cubanos formaron parte de los grupos de trabajo que garantizaron la transparencia de los resultados de los test antidopajes.
Ariadna McPherson y Ariana Rodríguez formaron parte del equipo durante la cita olímpica. La primera aplicó métodos de inmunoensayo en busca de eritropoyetina y otros agentes estimulantes, la segunda siguió las pistas de los esteroides anabólicos.
En los Juegos Paralímpicos colaboraron Rodny Montes de Oca, director del Laboratorio Antidoping de La Habana, y Dailyn López Castillo.
Francesca Rossi, directora de pruebas de la Agencia Nacional Antidopaje de Francia (AFLD), lideró el equipo de observadores del certamen bajo los cinco aros, en tanto Jenny Schulze, titular de pruebas y ciencia de la Agencia Nacional Antidopaje de Suecia, se encargó de esas funciones durante los Paralímpicos.
El informe resalta que los especialistas convocados demostraron un alto nivel, aunque se recomendó mejorar el flujo de trabajo para la recolección de muestras, pues la falta de personal generó exceso de trabajo.
Otro desafío enfrentado con éxito fue el de conocer la ubicación exacta de los atletas para la realización de pruebas fuera de competencia. Al respecto se elogió el acuerdo de añadir dos meses adicionales de jurisdicción tras citas de este tipo, para poder acceder a atletas no evaluados lo suficiente durante los juegos.
En ese acápite se incluyeron 140 competidores de 54 países, entre los cuales se detectó un solo positivo en lucha libre.
Las restricciones adicionales para países con categoría roja debido a la covid-19 significaron otro reto, pues se necesitó autorización del gobierno japonés para acceder a los campos de entrenamientos y poder recolectar muestras fuera de las competencias.
El informe señala además el apoyo del Comité Olímpico Internacional (COI) para almacenar las muestras a largo plazo, exactamente durante 10 años, algo que debe seguir como norma para eventos futuros de este tipo, según los observadores.
En los Juegos Paralímpicos la toma de muestras ascendió a 2 mil 174, mil 122 de esas fuera de la competición y mil 52 durante los eventos.
También se insta al Comité Paralímpico Internacional a ser más proactivo en la entrega de las listas de posibles concursantes en los eventos, pues también se requieren las calificaciones médicas y ello complejiza el proceso.
La AMA asegura que el programa de observadores independientes refuerza la confianza en los atletas y el público en cuanto a la calidad, efectividad y confiabilidad de los programas antidopajes realizados.
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