París.- AUNQUE las noticias sobre la suspensión del servicio de trenes desde y hacia esta ciudad y posibles ataques cibernéticos son seguidas con atención, el ritmo frenético de la fiesta olímpica se intensificó a pocas horas de la inauguración oficial.

Aguaceros a intervalos y un cielo gris forman parte del paisaje en una jornada caótica para quienes pretendían llegar a la capital francesa –incluso desde países cercanos– y debieron cambiar sus planes por la paralización de varias líneas de trenes de alta velocidad.

«Un gran número de trenes fueron desviados o cancelados», publicó en la red social X la compañía estatal francesa SNCF, que maneja el sistema ferroviario. A su vez, instó a que los usuarios valoraran la opción de posponer sus viajes y no acudir a las estaciones.

La situación se generó a partir de lo que las autoridades galas consideran como un “ataque coordinado” y que incluyó acciones de vandalismo, con el fin de entorpecer el inicio de la fiesta multideportiva más importante del planeta.

Desde todos los frentes se han adoptado medidas para restablecer los servicios afectados lo antes posible, aunque se teme que la situación, aunque en menor medida, se mantenga durante todo el fin de semana antes de que regrese algo de normalidad a una urbe “revolucionada”.

Las autoridades locales y el Comité Organizador de París 2024 extreman las precauciones, sobre todo en lo relacionado con la seguridad, en especial en la villa de los atletas y los sitios de entrenamiento, desde donde no se reportan incidencias.

Desde la jefatura de la delegación cubana se conoció que no existen afectaciones y durante toda la jornada de este viernes se ha cumplido con todo lo planificado para la participación en la histórica ceremonia inaugural, que comenzará en muy pocas horas.

En los alrededores del río Sena comenzaron desde temprano a “poblarse” las gradas instaladas, mientras tomaban sus posiciones muchos de los involucrados en el gran espectáculo previsto.

La mayor parte de los representantes de medios acreditados, después de exhaustivos controles, ocupa sus espacios en los bloques destinados para que periodistas y fotógrafos de más de 200 países transmitan sus impresiones sobre una gala que promete ser única.

El inusual desfile de los atletas en barcos marcará la principal diferencia. La caravana de embarcaciones partirá desde el puente de Austerlitz y llegará a Trocadero, en un recorrido de seis kilómetros.

Sitios emblemáticos como el Museo del Louvre, la Catedral de Notre-Dame, la Explanada de los Inválidos y el Grand Palais cobrarán protagonismo en medio del itinerario que finalizará muy cerca de la imponente Torre Eiffel.

Allí se celebrará el segmento protocolar de la ceremonia, que incluye el encendido del pebetero, cuya ubicación sigue siendo una incógnita por descubrir.

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