París.- TRANSITANDO por momentos de máxima efervescencia anda el programa de competencias de la cita olímpica que ha transformado a esta ciudad en el epicentro mundial del deporte, desde donde se generan miles de informaciones que recogen no pocos hechos curiosos.
Los inusuales temas van desde propuestas de matrimonio hasta asombrosas confesiones, como la esgrimista egipcia Nada Hafez, tras competir con siete meses de embarazo, las extrañas prohibiciones en algunos deportes o las hazañas escritas en los escenarios de competencia.
Resulta evidente que la ciudad del amor ha inspirado a más de uno, o dado el valor a otros, para entregar el anillo de compromiso. Puede que hayan pensado en lo que supondría un golpe de efecto de tal magnitud, para evitar un rechazo. Lo cierto es que tales propuestas no se han hecho esperar, y la más reciente tuvo como protagonista al judoca español José Antonio Aranda, quien hincó su rodilla a los pies de la Torre Eiffel para “convencer” a su compañera de equipo Laura Martínez para el esperado «sí, quiero»...
Menos afortunado fue el conocido incidente del campeón olímpico del salto de altura Gianmarco Tamberi, quien portó la bandera italiana durante el desfile náutico de la inauguración y su anillo de casado cayó al río Sena.
Su reacción de disculpa no se hizo esperar y escribió a su esposa en las redes sociales «Si quieres, lanzaremos también tu anillo a este río para que estén juntos para siempre y tendremos una excusa más para, como siempre me has pedido, renovar nuestros votos y casarnos con otros nuevos»…
En el capítulo de las prohibiciones –que no son pocas– algunas llaman poderosamente la atención, como la que impide a los boxeadores dejar crecer el vello facial. Nada, que eso de tener barba no es para quienes sueñan con subir al ring olímpico, porque según las reglas, eso dificultaría identificar con claridad cualquier herida en el rostro.
Las gimnastas, por ejemplo, no pueden llevar esmalte de uñas de colores llamativos, y se les exige que su maquillaje debe ser discreto, preferiblemente combinado con los tonos de los maillots. Tampoco pueden exhibir peinados que entorpezcan los movimientos o tapen sus expresiones faciales, de ahí que sea habitual verlas con numerosas horquillas para evitar que durante las ejecuciones de sus rutinas queden despeinadas.
Los uniformes de las mujeres en el voleibol de playa también tienen sus obligatorios requerimientos. Ellas deben llevar topes en lugar de camisetas y los bikinis no podrán exceder los 7 centímetros de ancho en su lateral.
Tales demandas despertaron la polémica antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y algunas fueron retiradas o flexibilizadas, como la elección de utilizar camisetas sin mangas o bañadores de una sola pieza. Sin embargo, la práctica demostró que la mayoría sigue usando las prendas de “medidas mínimas”, pues resultan más cómodas para los desplazamientos en la cancha de arena…
Cambiando a las hazañas, merece la pena mencionar las más recientes gestadas en la piscina París La Defensa Arena, donde el anfitrión Leon Marchand logró un inédito doblete dorado en las pruebas de 200 metros estilo mariposa e igual distancia en pecho.
Lo más singular, además de su “primera vez” en una misma cita, es que consiguió esos triunfos con solo ¡dos horas de diferencia!
No obstante, su proeza tuvo que compartir titulares con la firmada en la misma jornada por el chino Pan Zhanle, quien fijó en 46.40 segundos el nuevo récord mundial de los 100 metros libres. Así, rebajó 40 centésimas a su propia marca, conseguida en el certamen universal de Doha, en febrero pasado. Y de paso, se convirtió en el autor de la primera plusmarca mundial establecida en estos Juegos…
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